Jor-El descubrió la Zona Fantasma muy poco antes del nacimiento de Kal (DC Comics Presents #97 inédito en España), si bien lo hizo público después de la llegada del niño. El hallazgo le valió a Jor-El su ingreso en el Consejo Científico del planeta. El sistema de encerrar a los peores criminales en naves hibernadoras fue sustituido por un método más sencillo de reclusión. Pero no en todas las ocasiones la dimensión paralela se utilizó como cárcel. También sirvió para aislar a enfermos en espera de que la ciencia encontrara solución para sus males. Por todos es conocido lo sucedido con Mon-El, quien tuvo que esperar diez siglos a que la Legión de Superhéroes encontrase una cura para su envenenamiento por plomo. Pero no fue el único. Uno de los primeros casos fue el de Lar-On. Aquejado de una extrañísima enfermedad, sus síntomas eran muy parecidos los de un hombre lobo terrestre. Las lunas le provocaban la transformación en una monstruosa criatura asesina, pero al volver la luz del día recuperaba la normalidad sin recordar nada. Era amigo de Jor-El, quien lamentó tener que tomar la medida de enviarlo a la Zona Fantasma mientras se investigaba una cura para él. Con la explosión de Krypton jamás pudo llegar solución, y Lar-On permaneció allí hasta que un científico de Tierra-1 al pretender contactar con Tierra-2 le puso accidentalmente en libertad. La luna terrestre le provocó los mismos síntomas que sufría en su propio mundo, pero al adquirir superpoderes su peligrosidad era mucho mayor. Superman y Batman se las arreglaron para contenerle hasta que la luz del día le devolvió temporalmente a su estado normal, y con gran pena se vieron obligados a mandarlo a la Zona Fantasma de nuevo (World´s Finest #256, publicado por Bruguera en Superman Extra #3).

   

Los dos peores villanos encerrados en la Zona Fantasma fueron el archiconocido general Dru-Zod y el no tan famoso Jax-Ur, quizá porque este personaje no ha sido nunca trasladado al cine. Su crimen fue aún más grave que el de Zod, que explicaremos más adelante porque cronológicamente tuvo lugar después. Con objetivos de conquista, Jax experimentó con explosivos y armas prohibidas, provocando accidentalmente la destrucción de la luna Wegthor y la muerte de todos sus habitantes (Adventure Comics #289, publicado por Novaro en Supermán #366 y recordado y ampliado en World Of Krypton). En esta primera aparición de Jax-Ur quedaba claro que era posible la evasión de la Zona Fantasma, pues había cierto tipo de radiaciones que podían abrir temporalmente pequeñas brechas que permitían escapar. En World Of Krypton pudimos enterarnos de que Jax-Ur estaba experimentando con un misil lleno de explosivos que chocó con una nave pilotada por Jor-El. La embarcación había aparecido sepultada en el continente antártico, gracias a que, como vimos, Jor-El I puso a su hijo sobre la pista antes de morir. La nave quedó muy dañada, explotando apenas se pudo llevar a cabo un aterrizaje de emergencia. Se perdió así una vía de escape, y por añadidura el Consejo Científico prohibió en adelante los viajes espaciales, con lo cual las trabas que sufrió Jor-El fueron mucho mayores.

       

En cuanto a Zod, el general intentó conquistar Krypton con un ejército de clones imperfectos parecidos a bizarros, como se vio en la primera aparición de la Zona Fantasma (Adventure Comics #283, reeditado en Giant G71 Superboy #165 y publicado por Novaro en Supermán #341). En esta misma aventura Superboy tiene conocimiento de la dimensión carcelaria porque en Krypton decidieron arrojar al espacio una caja blindada con armas tan terribles que prefirieron no conservar. El encargado de tal labor fue (¿cómo no?) Jor-El. Ni que decir tiene que la caja aterrizó en la Tierra. Entre esas armas había un proyector de la Zona Fantasma, algo en principio difícil de entender, porque es obvio que el sistema de exilio se continuó utilizando y en el planeta quedaron más aparatos. En World Of Krypton se ofreció una explicación a la que más tarde llegaremos. Desde el primer momento se vio que dentro de esta cárcel dimensional se obtenían ciertos poderes mentales. De hecho, los presos se comunicaban entre sí por telepatía. El mismo Superboy en esa primera aparición fue a parar allí accidentalmente. Salió gracias a su adquirido poder telequinético, manejando una máquina de escribir que le permitió comunicarse con su padre Jonathan, quien le rescató siguiendo sus instrucciones.

¿De dónde salieron esas armas? Salvo el proyector de la Zona Fantasma, pertenecían al malvado primo Kru-El, quien se dedicaba a fabricarlas y suministrárselas a delincuentes. Al percibir que la policía le seguía la pista, dio comienzo una aventura en la que Jor-El involuntariamente estuvo de nuevo (¡por tercera vez!) en la Tierra. Uno de los retorcidos inventos de Kru fue un intercambiador de mentes, así que lo utilizó con Jor y el bebé Kal. De este modo su primo sería el rehén perfecto, un miembro del Consejo Científico, sin capacidad de resistencia por tener el cerebro de un recién nacido. Pero el aparato no funcionó según lo previsto. Por algún motivo no se podían intercambiar las conciencias de dos personas de diferente edad, así que la persona más joven no experimentaría el cambio hasta llegar a la edad del que la tuviera más avanzada. Cuando Jor-El despierta tras sufrir los efectos de la máquina, se encuentra en Metrópolis dentro del cuerpo de su hijo. Como ya hemos visto, ha estudiado la Tierra y conoce el inglés, de modo que comprende dónde se encuentra aunque no cómo ha llegado allí. Gracias a sus poderes de visión contempla la ubicación de Krypton, y al ver cómo han variado los astros se da cuenta de los años que han pasado. Y le queda claro que el planeta ha desaparecido y que sus suposiciones se van a cumplir. Además, al verse con el traje de su amigo Kal-El, empieza a darse cuenta de que se trataba de su hijo. Mientras Jor ocupa el lugar de Superman en Metróplis, Kal despierta en Krypton. Justo cuando la policía tiene rodeado a su tío Kru, a quien conoce porque en el futuro será uno de sus enemigos de la Zona Fantasma. Incluso reconoce las armas de su arsenal, son las mismas que llegaron del espacio en una caja blindada y de las que antes hemos hablado. Pese a no tener poderes, Clark es un muy buen luchador, y en vez de ser un rehén dócil desarma fácilmente al villano. Y rápidamente vuelve a utilizar el intercambiador de mentes para que todo vuelva a la normalidad. Kru-El es enviado a la dimensión carcelaria, y Jor en realidad no ha tenido tiempo de conocer información relevante de su estancia en el futuro. Sabe que Krypton desaparecerá, pero no cuántos habitantes lograrán salvarse ni si conseguirá convencerles del peligro que corren (Superman #402, publicado por Zinco en Superman vol. I #20). No podemos dejar de mencionar que esta interesante historia fue una de las últimas que dibujó en su vida el gran Wayne Boring. ¿Qué fue del resto de las armas de la caja blindada? Todas ellas fueron destruidas en la primera aparición de Kru (Action Comics #297 y #298, publicados por Novaro en Supermán #419 y #423). En esta historia se supo por primera vez que el malvado primo había sido el fabricante de esas armas y que había sido condenado por ello en la Zona Fantasma. No se mencionaba en ningún momento su relación con Jor, que fue aclarada en aventuras posteriores, pero con el apellido El resultaba bastante evidente su parentesco.

   

Hubo un grupo muy activo de supercriminales que fueron los que más a menudo protagonizaron planes de fuga o intentaron poner en dificultades a Superman utilizando los poderes telepáticos que les brindaba la Zona Fantasma. Eran los más estrechos colaboradores de Jax-Ur y Zod. Naturalmente, Kru-El se encontraba entre ellos. Otro miembro de la banda fue el doctor Xadu, físicamente muy parecido a Kru, los dos morenos y con bigote y perilla, lo que podría dar lugar a alguna confusión por parte de los lectores. En algunas historias se le llamó Xa-Du. Practicó experimentos prohibidos con seres humanos, dejando a un hombre y a una mujer en una animación suspendida totalmente irreversible (Adventure Comics #283, reeditado en Giant G71 Superboy #165 y publicado por Novaro en Supermán #341). En el grupo también estaba el profesor Vakox (o Va-Kox), bastante fácil de reconocer debido a su atuendo, ataviado con una especie de guardapolvo. Era un eminente bioquímico, pero quiso dedicarse a disparatados experimentos con seres vivos. Con una horrible fórmula de su invención que vertió en el Gran Lago de Krypton, transformó a todas las especies de peces en espantosos y gigantescos monstruos acuáticos (Action Comics #284, que se saltó Novaro en su serie regular). Hemos mencionado todos los crímenes y primeras apariciones de estos delincuentes, pero esta información fue recordada en varias ocasiones. Y se recopiló de forma muy completa en la miniserie de 1982 Phantom Zone, editada en España por Planeta en el tomo Superman y Wonder Woman en Homenaje a Gene Colan. La única mujer del equipo fue la letal Faora Hu-Ul.

Sobre Faora se han dicho varias incorrecciones. Por ejemplo, que era la única fémina de la Zona Fantasma. En varias aventuras se pueden ver otras mujeres entre los encerrados en la dimensión incorpórea. Como Erndine Zeda (o Ze-Da), la esposa de Xadu. Quizá la que obtuvo mayor protagonismo fue Nadira, en la ya mencionada miniserie Phantom Zone. También hay quien afirma que Ursa era la versión cinematográfica de Faora, o viceversa. En realidad la primera aparición de Faora tuvo lugar en 1977, antes del estreno de la primera película de Superman, pero cuando ya se encontraba en avanzado estado de rodaje. Los guionistas de los cómics no podían conocer de la existencia de Ursa, al igual que los de las películas tenían las historias terminadas antes del debut de Faora. De cualquier modo, aunque carecía de la genialidad o de la capacidad de liderazgo de Jax-Ur o Dru-Zod, Faora era sin duda la reclusa físicamente más amenazadora de toda la Zona Fantasma, porque no había mayor experta en Horu-Kanu, una mortal arte marcial kryptoniana. Para Superman no existía un combatiente cuerpo a cuerpo más peligroso. Su condena fue motivada por asesinar en su granja a 23 hombres cuyos cadáveres conservaba. Sentía un enfermizo odio hacia el género masculino. En su primera historia llevó a cabo un elaboradísimo plan para, mediante un ingenio de su invención, sacar a los presos de la Zona Fantasma y enviar en su lugar a toda la población de la Tierra, cosa que consiguió durante unas horas (Action Comics #471, #472 y #473, publicados por Novaro en Supermán #1160, #1164 y #1168). En ningún momento consideró colaborar con los demás condenados, en su mayoría hombres y por tanto merecedores de su desprecio, sino utilizarlos y asumir el mando sobre ellos. Por suerte Superman se introdujo en la Zona Fantasma justo antes de que el aparato intercambiador de Faora entrara en funcionamiento. Esto le permitió escapar junto al resto de reclusos, y manipulando el artilugio pudo devolver las cosas a su estado normal. Una vez finalizada esta aventura, Faora no tuvo más remedio que aparcar su visceral inquina hacia los hombres y convertirse en una colaboradora más de Zod y Jax-Ur, incluso obedeciendo órdenes si se daba el caso. La relación entre Ursa y Zod que vimos en el cine jamás tuvo lugar en los cómics, Faora era totalmente incapaz de sentir hacia el general la veneración que demostraba Ursa. Incluso hubo varios choques entre ellos. En la versión de Byrne volvieron a aparecer de forma muy breve Faora y Zod, pero en realidad se trataba de otros personajes, sólo eran los mismos físicamente, y en este caso sí se dejó entrever que formaban pareja.

       

¿Qué sucedería cuando los presos de la Zona Fantasma finalizaran sus condenas? El primer caso fue el de Quex-Ul, quien había cumplido su pena de 18 ciclos solares kryptonianos, o lo que es lo mismo, 25 años terrestres. Clark se comportó de forma justa y coherente y le puso en libertad. Aunque al principio el reo no dio muestras de haberse reformado y parecía buscar venganza, algunos gestos de comportamiento generoso hicieron ver a Kal que algo no encajaba. Llevando un cinturón anti-gravedad para poder regresar, Superman viajó al pasado de Krypton para investigar, descubriendo que el auténtico autor del delito por el que se imputó a Quex-Ul le hipnotizó para que confesara algo que no había cometido. Mientras tanto, el ex-convicto ha preparado una trampa con kryptonita dorada, pero cuando Supergirl le comunica que su primo ha averiguado que era inocente, noblemente se expone a su propia emboscada para evitar que caiga Superman. Además de perder sus poderes, Quex ha quedado completamente amnésico, y Kal, que con razón se siente obligado a ayudar a alguien que ha sufrido tantas injusticias, consigue que Perry White le de trabajo en el Daily Planet (Superman #157, reeditado en Superman #227 y publicado por Novaro en Supermán #397). Fue la primera y la última vez que Clark dejó suelto por la Tierra a un preso de la Zona Fantasma. Los más peligrosos como Zod o Jax-Ur no podían ser liberados auque finalizaran sus condenas, y el resto fueron siendo liberados en un entorno seguro, dentro de la ciudad de Kandor.

Introducción       1. El Krypton de Tierra-2       2. El Jor-El de Tierra 2       3. Historia del Krypton de Tierra-1       4. La familia El y la historia de Krypton. Parte 1       5. La familia El y la historia de Krypton. Parte 2       6. Primeras actividades de Jor-El       7. "Superman's Return To Krypton"       8. Secuelas de "Superman's Return To Krypton"       9. Los exiliados de la Zona fantasma       10. Los misterios de la Zona Fantasma       11. Jor-El continúa sus trabajos       12. El final se aproxima       13. Otros héroes kryptonianos       14. Animales kryptonianos que sobrevivieron       15. ¿Se pudo salvar Krypton?       16. Después de la explosión       17. La segunda vida de Krypton