Efectivamente, gracias a ese contacto me pudieron destinar a ese cuartel que no tenía cuerpo de guardia, no había armas, simplemente había aparatos de radio de transmisión y las personas que estábamos allí éramos la mayoría de Telefónica. A mí me tocó de escribiente en la oficina del capitán y pude pasar un servicio militar muy cómodo pues tenía pase pernocta lo que significa que vivía en mi casa (que se veía desde la ventana de mi oficina) y por las mañanas iba al cuartel vestido de paisano, allí tenía una taquilla donde tenía la ropa militar y me cambiaba, pero a la hora de comer, me volvía a poner de paisano y me iba a comer a casa. Eso me permitió poder trabajar en la Telefónica, en la central de Bretón (Pentaconta) pudiendo hacer el turno de tarde completo por lo que cobraba el sueldo entero. Y no, no voy a caer en el tópico de contar historias de la mili (que como la mayoría de gente que la ha hecho tienen a patadas).
En las dos fotos primera y última estoy en mi cuarto de casa que lo tenía decorado con motivos de Los Beatles y un cuadro que pinté al óleo sacado de una postal del Fusilamiento del 3 de Mayo de Francisco de Goya, cuyo original mide 2.66 x 3.45 cms. y el mío era de 1 metro y pico de largo, pero me costó lo suyo pues lo hice copiándolo de una postal. Por supuesto que si pones al lado la postal, que ya no está en mis manos, pero dejo una imagen sacada de Internet, se nota muchísimo la diferencia, pero visto en solitario, sin poder comparar, "cuela". Lástima que no sacara la foto en color, pero en aquella época aún no tenía mi cámara reflex que adquirí más tarde en Barcelona.
Homenaje a Dolors Cabrera Guillén
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