Actriz cinematográfica de Krypton que Superman conoce en un viaje de regreso al pasado. Se enamoran y viven un romance apasionado. En esta aventura Superman vive con sus padres Jor-El y Lara y no tiene poderes puesto que está en Krypton. Al final no puede evitar que el planeta estalle y sólo él consigue salvarse retornando al presente y quedando con el recuerdo. Esta historia en tres partes apareció en SUPERMAN NO.141 en Noviembre 1960 y se volvió a reeditar en SUPERMAN NO.232 de Enero 1971 volviendo a surgir de tanto en tanto en otra aventuras, como el recuerdo de Superman de un amor perdido.
El SUPERMAN #141 cuya portada está dibujada por Curt Swan & Stan Kaye, contiene como menciono en el párrafo de arriba, una magnífica y maravillosa historia de Superman, dibujada por Wayne Boring y que formaba una novela, como se llamaban en aquel entonces, es decir, que las tres aventuras que solían contener las 36 páginas de los cuadernos de aquella época, formaban las tres partes de una misma historia titulada "El regreso de Superman a Krypton", en la que viviría de adulto con sus padres sin que éstos supieran que era su hijo y donde conocería y se enamoraría de Lyla Lerrol.
A título anecdótico, en la página que vemos abajo se puede apreciar un momento romántico y hasta erótico, dadas las fechas en que esto se veía en España, años 60, es decir, en plena represión franquista. La anécdota estriba en que por aquel entonces yo estudiaba el Bachiller en un colegio religioso en Zaragoza y allí casi que nos obligaban a confesarnos cada semana y asistir a una misa cada día antes de entrar a las clases. Un día mi confesor (los curas de aquella época estaban muy obsesionados con la sexualidad) me preguntó qué clase de "tebeos" (comics) leía y me pidió que le trajera una muestra, y yo para fastidiar, le traje este ejemplar que en aquel entonces había logrado pasar la censura franquista y lo tenía en la versión mexicana de la Editorial Novaro, pero las imágenes de Superman besándose con Lyla Lerrol y ella vestida con esas sedas, escandalizó terriblemente a mi confesor que me puso una penitencia larguísima porque ver y leer aquello era un pecado contra el sexto mandamiento. Hay muchas más viñetas en las que sale Superman besando a Lyla pero está página era especiamente turbadora para la mentalidad religiosa de la época.